En la desesperanza y en la melancolía de tu recuerdo, soria, mi corazón se abreva.
Hemos visto el círculo más elevado de poderes en espiral. Le hemos puesto de nombre a este círculo Dios. Podríamos haberle puesto cualquier otro nombre que quisiéramos: abismo, misterio, oscuridad absoluta, luz absoluta, materia, espíritu, esperanza última, desesperanza última, silencio. Pero no olvidar jamás, somos nosotros quienes le ponemos el nombre.
Si reina la desconfianza entre los hombres, una de las principales causas es la facilidad de criticar.
Hemos crecido en un entorno determinado y todo lo que sea diferente nos causará (en primera instancia) desconfianza o rechazo.
A los últimos a quienes perdonamos su infidelidad es a aquellos a quienes hemos decepcionado.
La diferencia de la infidelidad en los dos sexos es tan real que una mujer apasionada puede perdonar una infidelidad, cosa imposible para un hombre.