Hay maridos tan injustos que exigen de sus mujeres una fidelidad que ellos violan. Se parecen a los generales que huyen cobardemente del enemigo, pero sin embargo quieren que sus soldados sostengan el puesto con valor.
La fidelidad y la gratitud son dos flores raras que se encuentran difícilmente. Sólo Dios se encarga de su cultivo; los jardineros no logran generalmente producir más que una falsificación de ellas. A veces se les confunde, por lo cual es preciso conocerlas bien. En esto se lleva el peligro que con las setas, cuando no se distingue cuales son las buenas y cuales las venenosas
En un principio había sido el ideal de los jóvenes de lo que debía ser la juventud: un entretejido de lealtad fanática, alegría irresponsable, camaradería, placer físico y no poca crueldad.
Nuestra lealtad es para las especies y el planeta. Nuestra obligación de sobrevivir no es sólo para nosotros mismos sino también para ese cosmos, antiguo y vasto, del cual derivamos.