Una de las pocas cosas buenas del mundo moderno: si mueres en televisión no morirás en vano. Habrás entretenido a mucha gente
Siempre me gustaba jugar con gente que tenía más ranking que yo. Era como entretenido ganarle a alguien que estaba arriba tuyo. Eran los triunfos que más me gustaban.
Su rostro era agradable y majestuoso; pero cuando se encolerizaba uno de sus ojos se hacía tan terrible que su mirada resultaba intolerable: el desgraciado sobre quien la fijaba caía de espaldas y, a veces, incluso expiraba en aquel mismo instante.
Es digno de especial consideración el hecho de que la costumbre pueda ocupar perfectamente el puesto de la pasión amorosa: exige una presencia no tanto agradable como cómoda, pero luego resulta invencible.