¡alegría! ¡Oh alegría desatada en las alturas del cielo! Las telas puras resplandecen, los invisibles atrios están sembrados de hierbas y las verdes delicias del suelo se pintan al siglo de un largo día.
Toda alegría no es más que un olvido momentáneo de la tragedia esencial de la vida.
Tengo una naturaleza moral y activa, que requiere satisfacción y eso no lo encontraría si pasara la vida en compromisos sociales y organizando las cosas domésticas.
No hay hombre que no anteponga la satisfacción propia a sus obligaciones.