Me despido de la memoria y me despido de la nostalgia -la sal y el agua de mis días sin objeto-.
Tal vez aprender a manejar la máquina del atrevimiento, para viajar instantáneamente a los límites de la vida inmediata, para fundar de vez en cuando un breve paraíso sin porvenir ni pasado, sin el doble chantaje de la nostalgia y del miedo.
La aflicción que es aturdido y sin habla no está de moda: la mujer de hoy está de luto por su marido en voz alta y le explica toda la historia de su muerte, que aflige tanto, que no olvida el más mínimo detalle al respecto.
Deseo que se me haga un entierro solemne y que todos los escritores y artistas me guarden luto durante cinco años
El mar, el cielo, la montaña, las islas, vinieron a aplastarme en una sístole inmensa, después se apartaron hasta los límites del espacio. Pensé débilmente y sin tristeza en el relato que había intentado articular, relato a imagen de mi vida, quiero decir sin el valor de acabar ni la fuerza de continuar.
La única tristeza sin consuelo en la vida es la tristeza que se ha merecido
Ligera es la pesadumbre que puede admitir consejo.
Yo juro que vale más ser de baja condición y codearse alegremente con gentes humildes, que no encontrarse muy encumbrado, con una resplandeciente pesadumbre y llevar una dorada tristeza.
Queda por probar la fusión del socialismo con la libertad, fórmula inédita y única bandera bajo la cual merecía la pena luchar, con la esperanza de que abriera un camino a nuevas ideologías y a la paz, el bienestar y la unidad de todos los pueblos de la Tierra
No llores más, ni suspires, ni gimas, La pena no tiene tiempo que no vuelva; Las violetas que han cogido la lluvia más dulce no las hace ni frescas ni de nuevo crecer.