Compartir sin reserva alguna la fe de aquel que se ama, es una certidumbre de dicha
Saber olvidar, más es dicha que arte.
El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de cuidadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos.
Los sentimientos y las costumbres que son la base de la felicidad pública se forman en el hogar doméstico.