Las palabras no tienen absolutamente ninguna posibilidad de expresar nada. En cuanto empezamos a verter nuestros pensamientos en palabras y frases todo se va al traste.
Cuando postergas y vacilas malgastas tus momentos presentes en no hacer nada como alternativa a la posibilidad de hacer cualquier cosa. El no hacer nada conduce al aburrimiento.
Mi originalidad consiste en traer a la vida, de un modo humano, seres improbables y hacerlos vivir de acuerdo como las leyes de la probabilidad pero poniendo -tan lejos como sea posible- la lógica de lo visible al servicio de lo invisible.
Lo que le falta a él es con toda probabilidad necesario para lo que te falta a ti. No admitamos intenciones en un matrimonio de auténticas limitaciones.