Un hombre inculto puede lograr éxitos escribiendo para el Teatro; un hombre culto, también, pero a condición de que sepa olvidarse de su cultura.
El público, que no tiene tiempo de estudiar profundamente a las personas, juzga siempre por las apariencias. Y no es difícil lograr que éstas os favorezcan. Satisfaced, pues, a la gente, a fin de que os ayuden cuando lo necesitéis.