Hagamos corajudamente el feo en literatura y matemos como sea la solemnidad.
Es mejor ser guapo que ser bueno y es peor ser feo que malo.
Nunca más me arrodillaré en mi pequeño país, junto a un río, Para que lo pétreo en mí se pueda disolver, Para que nada quede sino mis lágrimas, lágrimas.
Nadie es lo suficientemente pequeño o pobre para ser ignorado