Una cosa fundamental en la vida es saber lo que se quiere. Primero buscarlo como el que se asfixia busca el aire y finalmente pagar el precio
La plaga de la humanidad es el miedo y el rechazo de la diversidad: el monoteísmo, la monarquía, la monogamia. La creencia de que sólo hay una manera correcta de vivir, sólo una forma de regular el derecho religioso, político, sexual, es la causa fundamental de la mayor amenaza para el ser humano: los miembros de su propia especie, empeñados en asegurar su salvación, seguridad y cordura.
Echar de menos es un poco como el hambre. Sólo se pasa cuando se come la presencia. Pero, a veces, el echar de menos es tan profundo que la presencia es poco: se quiere absorber a la otra persona entera. Esa gana de ser el otro para una unificación entera es uno de los sentimientos más urgentes que se tiene en vida.
Amor y admiración que brotaban de lo más profundo del ser, y se imbricaban en sus raíces primeras o, más aún, como si ambos no fueran más que uno sólo, unidos en el amor y la admiración a sí mismos. El hombre ya no era un ser lejano, inaccesible, encerrado, sino alguien muy próximo y cercano, como una parte de su alma y de su corazón. Un padre y un hijo, un solo espíritu.