Se ha pretendido que el mundo esté regido por números; todo lo que yo sé sobre esto es que los números dicen si un país está bien o mal gobernado.
Vamos de un mundo de certidumbres a un mundo de probabilidades. Debemos encontrar la vía estrecha entre un determinismo alienante y un Universo que estaría regido por el azar y por lo tanto sería inaccesible para nuestra razón.