La certeza de ser de izquierdas descansa en un criterio muy simple, al alcance de cualquier retrasado mental: ser, en todas las circunstancias, de oficio, pase lo que pase y se trate de lo que se trate, antiamericano.
Claro que pensaba que sí entraba el tiro. Si te parece empecé a pegar saltos de un lado para otro porque soy un retrasado mental.