Hasta que quienes ocupan puestos de responsabilidad no acepten cuestionarse con valentía su modo de administrar el poder y de procurar el bienestar de sus pueblos, será difícil imaginar que se pueda progresar verdaderamente hacia la paz
Hoy es muy difícil no ser canalla. Todas las presiones trabajan para nuestro envilecimiento personal y colectivo.
Los optimistas enriquecen el presente, realzan el futuro, desafían lo improbable y logran el imposible.
Cuanto más complejo se vuelve un sistema, más improbable resulta, mas cosas pueden fallar y más esfuerzo conlleva su mantenimiento.