Una pequeña inexactitud salva un mundo de explicación.
No hay que juzgar siempre de la generalidad de la opinión por el ruido de la aclamación.
Todo lo que es difícil de alcanzar es atacado fácilmente por la generalidad de los hombres.
Todo el mundo nace con algún talento especial y Eliza Sommers descubrió temprano que ella tenía dos: buen olfato y buena memoria. El primero le sirvió para ganarse la vida y el segundo para recordarla, si no con precisión, al menos con poética vaguedad de astrólogo.
Estoy colmado de imprecisos deseos, de una vaguedad que es como neblina, y adentrándose en todo mi ser, lo torna casi aéreo, impersonal y alado.