Yo sigo pensando que si la gente aceptase la disminución de la edad para castigarlos a los 16 años, mañana estarían pidiéndola a los 15, después a los 9, después a los 10. Quién sabe, algún día, queramos castigar hasta al feto, si ya supiéramos lo que a ocurrir en el futuro.
La única ofensa que no puedes castigar es el discurso fúnebre.
Errar es humano pero más lo es culpar de ello a otros.
Yo no estoy buscando culpar a nadie excepto a mí mismo. He aprendido en la última semana que esto es real, y no discrimino. Afecta a todo el mundo. Mi chica Tomika y yo hemos estado juntos durante cuatro años y recientemente nos hemos casado. Ella es buena, ella es amable y una madre maravillosa.