¿Sabes de qué me sonreía? Habías escrito que eras escritor de profesión. Me pareció el eufemismo más gracioso que jamás haya oído. ¿Desde cuándo el escribir es tu profesión? Nunca fue otra cosa que tu religión.
Es terrible. Nunca aparece. Gira su pequeño y gracioso maniquí alrededor... es poco profesional. Hablando de su coprotagonista Yoda.
Mi cerebro esta preparado, soy ágil como una pantera, duermo con un ojo abierto: tengo enemigos ahí fuera
La ágil caricia de tus sedas era como una primavera perfumada...