Tienes dos nombres, Luz, dos pensamientos, en los más puro de mi voz centrados, a retener tu imagen consagrados en la frágil prisión de dos lamentos.
Tú puedes hacer lo que te propongas. Eres fuerte y capaz. No eres frágil ni quebradizo. Al postergar para un momento futuro lo que quisieras hacer ahora, te entregas al escapismo, a la autoduda, y lo que es peor aún al autoengaño.
Todo cambia en este mundo, e inconstante es la vida humana, y sujeta a muchos errores.
El ocio hace siempre inconstante el espíritu