Su ejemplaridad fue máxima cuando creyó que resistir en la Moncloa era un mal servicio a España. Su decisión no fue hija de la desgana de poder, porque en pocas personas se habrá dado tanta y tan noble ambición de Gobierno como en Adolfo Suárez.
¡Ahora prestad atención y mirad bien! Si el hombre fuera siempre virgen, no daría fruto alguno. Si ha de hacerse fecundo, es necesario que sea mujer. Mujer es el nombre más noble que se puede atribuir al alma, y es mucho más noble que el de virgen.
Aunque la nobleza vive de la parte del que da, el agradecerle está de parte del que recibe; y pues ya dar he sabido, ya tengo con nombre honroso el nombre de generoso; déjame el de agradecido, pues le puedo conseguir siendo agradecido cuanto liberal, pues honra tanto el dar como el recibir.
Es mas honroso huir de las injurias callando, que vencerlas contestando a ellas.