Lo verdaderamente notable de la naturaleza es que el carácter del universo entero dependa de la posición de un nivel de energía concreto en un núcleo concreto.
Entre cada punto del cuerpo social, entre un hombre y una mujer, en una familia, entre un maestro y su alumno, entre el que sabe y el que no sabe, pasan relaciones de poder que no son la proyección pura y simple del gran poder del soberano sobre los individuos; son más bien el suelo movedizo y concreto sobre el que ese poder se incardina, las condiciones de posibilidad de su funcionamiento.
Los seres que no poseen elemento corpóreo no están sujetos a destrucción o daño; por consiguiente la verdadera obra de Dios es toda buena, pues que es existencia.
Mujer y ángel que en lo femenino de lo corpóreo que hay en tu existencia, anticipa a mi opaca inteligencia cómo está conformado un ser divino.