feliz aquel que ni piensa en el suicidio ni desea la muerte. feliz aquel en cuyo corazón anida la llama del entusiasmo. Y eterno sea quien trabaje o se prepare sinceramente para el trabajo.
Utilizaba la heroína porque nunca me vi capaz de afrontar bien la fama. Sabía que para ser feliz y hacer lo que quería, música, la fama era uno de los precios a pagar, y no me acostumbraba. Era más fácil meterse heroína y utilizar eso como una forma de distanciarse que afrontar la presión exterior.