La Naturaleza establece una transición tan gradual entre lo inanimado y lo animado que las fronteras que separan ambos reinos son indistintas y ambiguas.
Y aunque yo fuera una bestia descarriada, incapaz de comprender al mundo que la rodea, no dejaba de haber un sentido en mi vida insensata, algo dentro de mí respondía, era receptor de llamadas de lejanos mundos superiores, en mi cerebro se habían animado mil imágenes. ** Hermann Hesse, El lobo estepario,1927
El muerto al hoyo y el vivo al bollo.
Nadie consiguió movernos de nuestro lugar en 2000 años. Nadie conseguirá en un millón de años. Nosotros fuimos los primeros que se asentaron aquí... Somos nacidos de un antiguo y famoso triunfo, que sobrevivió a través de los siglos, siendo testimonio vivo la Columna de Trajano.