Sin rastros de ese gusto literario que atiende menos al asunto que a los medios, sus predilecciones se orientaban hacia aquellos libros hacia los que cualquier mente sana y superior, ocupada en algún cargo activo y de autoridad en el mundo, tiende naturalmente a inclinarse: libros que trataban de hombres y hechos reales, cualquiera fuese la época.
Es evidente, para quien haga un examen de los objetos del conocimiento humano, que éstos son las ideas. (... ). Además de esta innumerable variedad de ideas u objetos de conocimiento, existe igualmente algo que las conoce o percibe y ejecuta diversas operaciones con ellas,(...) un ser activo al que llamamos mente, alma, espíritu, yo.