En general hay un grado de duda, de cautela y modestia que, en toda clase de investigaciones, debe acompañar siempre al razonador cabal.
La verdad. Es una cosa bella y terrible, y por lo tanto debe ser tratada con mucha cautela
En los jovenes mucha prudencia es mala señal.
No queremos una prudencia que nos lleve a la omisión, y nos haga imposible la cárcel. La terrible prudencia de acallar los gritos de los hambrientos y los oprimidos.