La falta de curiosidad o inapetencia por las culturas ajenas es, a mi entender, un índice de decadencia y pasividad, porque la cultura afectada por este síndrome se convierte en mero objeto de contemplación.
Todo cruzamiento de razas provoca tarde o temprano la decadencia del producto híbrido, mientras el elemento superior del cruzamiento sobreviva en puridad racial. Cuando se ha bastardeado hasta el último vestigio de la unidad racial superior, es cuando desaparece para el producto híbrido el peligro de extinción