Cuanto más progresan los hombres por la senda de la cultura, tanto más suelen las personas concretas, en virtud del avanzado proceso de división del trabajo, producir cantidades de bienes del orden superior bajo el supuesto tácito y, de ordinario también correcto, de que otras personas producirán por su parte las correspondientes cantidades de los bienes complementarios.
El hombre ordinario sólo se cuida de pasar el tiempo; el hombre de talento, de emplearlo.
Los intentos de considerar una molécula como formada por átomos específicos o unidades iónicas, que se mantienen unidos por un número discreto de electrones o pares de electrones enlazantes, se considera como más o menos sin sentido
Un hombre discreto ni se deja dirigir ni pretende gobernar a los demás; sólo quiere que la razón impere exclusivamente y siempre.