Después, conforme los rebaños de Cristo fueron aumentando, los presbiteros se reuniron en asamblea para considerar que enseñanzas deberían impartir, e hicieron al pueblo pensar que estaba obligado a seguir sus doctrinas.
El paraíso de Mahoma o la unión delicuescente de los teósofos y místicos con la divinidad, conforme cada uno sienta, impondría a la razón su monstruosidad, y tanto valdría no tener ninguna como entregarla de tal modo a todos los ensueños