Miguel Servet, solo, pero confiado en la protección segurísima de Cristo.
Atrás quedarán quienes en su accionar público han mostrado ser ineficientes e incapaces de atender las responsabilidades que les hemos confiado los dominicanos; los que sólo pueden venderse en los medios como un producto pues no pueden mostrar logros de gestión que hayan mejorado la vida de los y las ciudadanas en su paso como ex-legisladores, ex-ministros, o ex-presidentes.
¿Comenzaba yo a metamorfosearme? Estuve seguro que sí. Ello empezó a inquietarme, a despertar en mí muy serios temores, y creí, en más de una ocasión, no reconocerme del todo al cruzar ante un espejo.
Hay que aprender a resistir. Ni a irse ni a quedarse, a resistir, aunque es seguro que habrá más penas y olvido.
La Iglesia fue más allá, e hizo al hombre un policía de sí mismo, hasta que los hombres temieran pensar y no dudaran. El pensador era sospechoso. El tonto crédulo fue presentado como el modelo de perfección religiosa. Fue el más vil sistema que el mundo haya conocido.
Siempre he pensado que tan necio es el hombre excesivamente crédulo como el que peca de escéptico.