El problema es que el entorno político moderno ha comenzado a actuar con la irresponsabilidad propia del arte, reduciendo la vida a un concierto absolutamente ficticio; ha transformado la sociedad en un teatro y al pueblo en una masa de espectadores...
Me divierto con mi forma de vestir en el escenario; no es un concierto lo que estás viendo, es un desfile de moda.