Hierve la sangre juvenil, se exalta lleno de aliento el corazón, y audaz el loco pensamiento sueña y cree que el hombre es, cual los dioses, inmortal
Y tú, querida, por tu parte, qué cintura, qué aliento y qué elasticidad de gacela...Al despertar fue, en tus brazos, pero más aguda y más perfecta, ¡Exactamente la misma fiesta!
Para el pueblo colonizado, el valor más esencial, por ser el más concreto, es primordialmente la tierra: la tierra que debe asegurar el pan y, por supuesto, la dignidad
Si ser pacifista es tener claro el valor de la paz, lo soy seguro; pero lo soy yo y todo aquel que ha estado cerca de la guerra Quien conoce el horror de la guerra, conoce el valor de la paz.