Al inteligente se le puede convencer; al tonto, persuadir.
La insistencia sistemática e inteligente es la llave del éxito.
Estoy convencido de que cuando un científico examina problemas no científicos puede ser tan listo o tan tonto como cualquier prójimo, y de que cuando habla de un asunto no científico, puede sonar igual de ingenuo que cualquier persona no impuesta en la materia.
A mí me llama la atención que la gente piense que vamos a mejor, y el mundo no va a mejor. Nuestro mundo, Occidente, Europa, donde estoy, donde me he criado, que viene de Troya, del Islam, de la Edad Media, del Renacimiento... ese mundo está listo de papeles, su mejor momento ha sido el siglo XX, y ahora estamos en decadencia, ya nunca va a ser mejor.