Existe un principio que se resiste a toda información, que se resiste a toda investigación, que nunca deja de mantener al hombre en una ignorancia perenne... Es el principio de desestimar lo que no se ha investigado.
Aconsejar a otros, y desatender su propia seguridad, es insensato.
Cuando se ataca, no se ha de despreciar esperar el buen momento. Esperando el buen momento no se debe olvidar el ataque.
En todas las lenguas del mundo hay un mísmo dicho: ojos que no ven, corazón que no siente. Pues yo afirmo que no hay nada más falso que eso; cuánto más lejos, más cerca del corazón están los sentimientos que intentamos sofocar y olvidar
Antiquísimo pecado es seducir a la mujer ajena y despreciar el vínculo sagrado.
No hay adversario pequeño. Nadie debe despreciar ningún adversario