Todos podemos decidir que queremos vivir una vida grande o, más sencillo aún, que no sólo queremos tener un buen día, sino un gran día. No importa el tiempo que llevemos transitando por la senda de la mediocridad: siempre podemos elegir cambiar de camino. Siempre. Nunca será demasiado tarde. Podemos encontrar nuestra voz.
Es bastante sencillo ver la vida carente de valores. De hecho, la gente con algo de sensibilidad no tiene dificultad en verla así.
Viajar es imprescindible y la sed de viaje, un síntoma neto de inteligencia