La costumbre no es más que el producto de la sugestión. La ropa que uno viste, las maneras, e incluso la comida que se ingiere, son todos resultado de sugestiones.
La gente suele hablar de la frescura de la visión, de la intensidad de ver algo por primera vez, pero la intensidad de ver algo por última vez es, creo yo, superior. (...) Lo visual es siempre el resultado de un encuentro irrepetible.
Por supuesto, nuestros fracasos son consecuencia de muchos factores, pero, posiblemente, uno de los más importantes es el hecho de que la sociedad funciona sobre la teoría de que la especialización es la clave del éxito, no darse cuenta de que la especialización se opone el pensamiento global.
¿Para qué serviría arrepentirse de una acción, de la naturaleza que ésta fuere, si nos ha producido una satisfacción y que no tiene ninguna consecuencia desagradable?