Amas a esta mujer y te conduces con ella con refinado egoísmo. Siempre sucede lo mismo con la gente que se ama. Por lo mismo, yo prefiero la gente que me detesta a la que me adora. Me molestan menos.
Ya no cabe ninguna duda de que los seres humanos de la época de Shakespeare eran menos complejos y divididos que ahora; la vida moderna ha influido, cambiado y refinado al ser humano.