Anhelaba las aguas profundas. Me presionaron hasta convertirme en una modosa sardina conformista cuya espina dorsal fue pareciéndose a la de las otras, suave y lacia como un aborto de lombriz.
Las religiones tienden a conservar estos casos abortivos y a desterrar a los fuertes, hacer sospechosa la felicidad. Su objetivo es convertir al hombre en un aborto sublime.