Escribo deprisa, pero pienso de manera concienzuda. Cada vez que hablo en público, me pregunto posteriormente si me he expresado con claridad.
Excepto mis amigos íntimos, nadie sospechaba siquiera que yo era gran maestro de ajedrez: ni durante los primeros meses de la guerra, cuando yo trabajaba de tecnólogo, ni posteriormente cuando ocupaba el cargo de ingeniero jefe de la fábrica. Me conocían sólo como ingeniero.
Quisiera pero no puedo... ahorita estoy saliendo con mi guitarra.
Me gusta ayudar y que me ayuden, me gusta que eso se ramifique; ahorita mismo tú y yo estamos hablando, y yo trabajo para ti con gusto y tú lo haces para mí al hacerle llegar a mucha gente mis pensamientos, mis ideas, eso es muy bueno.