La ambición es implacable. Cualquier mérito que no puede utilizar lo considera despreciable
La muchedumbre es juez despreciable
El individuo que se arrepiente verdaderamente no sólo ve el pecado como detestable y ruin, merecedor de aborrecimiento, sino que realmente lo aborrece, lo odia en su corazón
Érase el mejor de los tiempos y el más detestable de los tiempos; la primavera de la y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos y nada poseíamos.